pasar tres días él solo en una gran ciudad con tres mil '' pesetas '' en el bolsillo
y sin decir a nadie que ha hecho la apuesta. La apuesta es un reto personal
consigo mismo: necesita demostrarle a su padre que es un héroe de algún
modo. Pero Ramón desconoce la dureza de una ciudad como Madrid, donde
la gente va a lo suyo, siempre con prisa, donde lo único que cuenta es el
dinero y donde hay gente que se dedica a aprovecharse de la bondad de las
personas. El final es toda una lección tanto para niños como para adultos.
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